Cuando decidimos, junto con los niños y niñas elaborar un proyecto para el área de ciencias, estuvimos de acuerdo unánimemente que deberíamos construir una incubadora casera para experimentar la incubación artificial de huevos fértiles de pollos.
Lo primero que hicimos fue investigar sobre los materiales que necesitábamos para poder construir nuestro aparato. Luego pedimos ayuda al Sr. Díaz, quien como siempre gustosos nos apoyó en la Construcción.
Después adquirimos los huevos fértiles y los colocamos en el interior de la incubadora. Marcamos la fecha en la que se colocó los huevos a una temperatura de 37 grados centígrados, el cual lo logramos midiendo con un termómetro de ambiente o de aire. Con la temperatura adecuada colocamos los huevos, previamente los marcamos con un aspa para poder mover de un lado a otro todos los días. Usamos un foco de 50 watts el cual siempre lo estamos regulando para que se mantenga la temperatura adecuada. Actualmente estamos esperando que ésta experiencia llegue a feliz término. En todo caso servirá para que podamos comprobar si nuestro procedimiento ha sido el adecuado.
Hay veces en que se apaga la luz de la incubadora, porque se mueve la conexión de luz, y los chicos corren rápidamente para evitar que se enfríen los huevitos. Es muy reconfortante ver como los niños y niñas del 5to. Grado se han interesado en este proyecto de vida.
Todos los días los niños y niñas se acercan a la ventanita de la incubadora para poder observar a los futuros pollitos. ¡Qué así sea!
Lo primero que hicimos fue investigar sobre los materiales que necesitábamos para poder construir nuestro aparato. Luego pedimos ayuda al Sr. Díaz, quien como siempre gustosos nos apoyó en la Construcción.
Después adquirimos los huevos fértiles y los colocamos en el interior de la incubadora. Marcamos la fecha en la que se colocó los huevos a una temperatura de 37 grados centígrados, el cual lo logramos midiendo con un termómetro de ambiente o de aire. Con la temperatura adecuada colocamos los huevos, previamente los marcamos con un aspa para poder mover de un lado a otro todos los días. Usamos un foco de 50 watts el cual siempre lo estamos regulando para que se mantenga la temperatura adecuada. Actualmente estamos esperando que ésta experiencia llegue a feliz término. En todo caso servirá para que podamos comprobar si nuestro procedimiento ha sido el adecuado.
Hay veces en que se apaga la luz de la incubadora, porque se mueve la conexión de luz, y los chicos corren rápidamente para evitar que se enfríen los huevitos. Es muy reconfortante ver como los niños y niñas del 5to. Grado se han interesado en este proyecto de vida.
Todos los días los niños y niñas se acercan a la ventanita de la incubadora para poder observar a los futuros pollitos. ¡Qué así sea!